Ana Laura Verde, de La Paz, es la reina de la Vendimia
Luego de la fiesta "Juglares de Vendimia, un canto a la naturaleza", el público coronó a la paceña como la nueva representante vendimial de Mendoza. Gemina Navarro fue elegida como virreina.
 
Por Redacción
5 de marzo de 2023
La Paz coronó a su segunda reina vendimial.
 

Luego de la Fiesta "Juglares de Vendimia, un canto a la naturaleza", el público coronó a Ana Laura Verde, de La Paz, con 68 votos. Después de 26 años, es la segunda representante que corona ese departamento de la zona Este. Mientras que Gemina Navarro, de Tupungato, con 35 votos, fue coronada como Virreina.

El sistema de voto fue electrónico y lo realizó el publico cuyo último número del DNI fuese 8. Antes de comenzar el canto de los votos, trascendió que ambas candidatas iban a ser coronadas, ya que el "boca de urna" así lo determinaba.

Lo cierto es que hubo una importante movilización de varios colectivos con vecinos desde La Paz hasta el teatro Frank Romero Day. Incluso, el periodista de Este Online, Javier Disparti, anticipó el resultado en sus redes sociales.

En la entrada del teatro griego había tres computadoras cuyas pantallas contenían las fotos de las 18 candidatas y el departamento que representaban. Asimismo, estuvo disponible incluso la posibilidad de realizar un voto para todas las reinas.

Una síntesis de la Fiesta

Con sonoros latidos, bajo las estrellas y sus constelaciones, en un teatro griego que abrazó su magnífica arquitectura, comenzaron los cantos de La Buena Moza, al inicio de la noche. Una presencia que gratamente permaneció y que gustó por su sello inigualable, ahora hecho vendimia.

Los juglares, luego comenzaron a desprender sus mensajes, ataviados en sus coloridos trajes, seduciendo a los espectadores con su histrionismo, para lograr ser identificados en sus propósitos y misiones. De repente, como suceden los infortunios, los juglares descubrieron que el sabor del vino era distinto. La dulzura y composición delataron una transformación inesperada, que no respondió al agrado de sus paladares. Asombrados y afligidos, comenzaron a cuestionarse lo sucedido. En ese instante, la otra protagonista, La Vendimia, se alzó con su voz dolida e interrogó qué había acontecido.

Atenta a las respuestas temerosas de los juglares, les advirtió que pronto vendría su madre, la Naturaleza, a la celebración, y que tendría que dar las explicaciones necesarias para justificar este inconveniente. De esta manera, la Madre Naturaleza se presentó y mostró su descontento: “Han arremetido contra las leyes naturales del Universo”. Su preocupación por cada hecho irresponsable de sus hijos, que lastimaron sus campos y sus ríos, fauna y flora y climas, tomó la forma de ira, en fuegos e inclemencias. Una descripción que fue traducida en cuadros con fuerte protagonismo coreográfico.

La Vendimiaintercede junto a los juglares para iniciar un viaje a los principios de la existencia, solicitando otra oportunidad para la toma de conciencia. Así, el Juglar de la Viñedos muestra su participación en la maduración que necesita alcanzar cada racimo, para aprobarse la cosecha, fase determinante la Vendimia, aun dadas las inclemencias de una ecología adormecida. La Naturaleza decide entonces dirigirse hacia donde nace el tesoro del agua y es recibida por La Trovadora de las Montañas. Custodia de las cumbres junto a sus cóndores, quienes abrazaron las nieves para el nacimiento de cada cuenca cristalina.

A continuación de ese encuentro fundamental, el Juglar de la Historia se hizo presente. Invita a La Naturaleza a retroceder en los tiempos y allí se observa al General San Martín, una tarde mendocina en su casa, demostrando las cualidades y admiración que tenía al vino de nuestra provincia. Un momento que, con el recurso de un pequeño largometraje, muestra al General haciéndoles una jugarreta a los españoles. Demuestra, cambiando unas etiquetas, que los nuestros son los mejores vinos del mundo. Un momento reconstruido con investigación histórica, con logradas actuaciones y que aportó aplausos continuos.

Posteriormente, fuimos testigos del encuentro sublime entre el General y la Patrona de los Viñedos, la Virgen de la Carrodilla. Culmina en una liturgia de fe y esperanza, sostenida desde la contemplación, los sueños y sacrificios, aunados en resiliencia y coraje, para proteger y acompañar la evolución de La Vendimia.

De esta forma, sucesiones de acontecimientos interpelaron a la Madre Naturaleza, como lo hizo la Juglar de la Bodega. En este cuadro se presentaron las variedades de nuestros vinos y su promoción al mundo, una ventana que nos conecta internacionalmente entre las mejores industrias del planeta.

Y, al sortear las dificultades, para gestar una nueva conciencia y congruencia, se posibilita un nuevo comienzo. Una ofrenda vital para una Mendoza renaciente en proyección y evolución, haciendo consciente nuestro compromiso, lealtad y protección a nuestra tierra natal. Una Vendimia que nos invitó a reflejarnos en nuestro maravilloso oasis, siendo jardines, mensajeros y custodios, eslabones de una humanidad armónica, saludable y vital.