Tres intendentes radicales recibieron el respaldo en las urnas para renovar por un periodo más o para mantener la hegemonía en sus departamentos. Uno, para su reelección, como es el caso de Raúl Rufeil en San Martín. Otros, para apoyar a sus sucesores, como Miguel Ronco con Mauricio Di Césare, en Rivadavia, y Héctor Ruiz con Mario Abed, en Junín.
El Frente Elegí, que tuvo la peor elección provincial de los últimos 30 años, tampoco pudo reinventarse en los municipios gobernados por el radicalismo. Con diferentes matices, en los departamentos de San Martín, Junín y Rivadavia tuvo una intención de voto entre el 11,8 y el 18,5 por ciento.
Junín
La vuelta de Mario Abed como candidato a intendente despertó el mismo clamor durante sus cuatro mandatos consecutivos. En la interna contra Valeria Romoli, la elegida por Luis Petri, Abed logró casi el 85,5% y un total de 14.525 votos, siendo uno de los precandidatos más elegidos en toda la provincia.
Su caudal de votos le permitió a Cambia Mendoza alcanzar el 63% y obtener una ventaja superior a los 50 puntos sobre el Frente Elegí (11,8%) y La Unión Mendocina (9,2%). El resultado en las elecciones del 24 de setiembre ya es cosa juzgada y el vicegobernador volverá a la intendencia para asumir su quinto mandato.
San Martín
En el departamento de mayor padrón electoral de la zona Este se pueden analizar diferentes puntos. Más allá del amplio triunfo de Cambia Mendoza, el 29,4 por ciento de los votos fueron para el candidato de Luis Petri, Fabián Ferro.
Ferro logró capitalizar 8.800 votos producto de la gran elección de Petri en Mendoza y, de esta manera, se convirtió en el tercer precandidato más votado detrás de Rufeil (21.176) y de Giménez (11.290). Se puede presumir que la mayoría de sus votos no migrarían a otro partido y el oficialismo ampliaría la diferencia.
Incluso, en las últimas horas, Ferro se mostró junto a Rufeil y confirmó que apoyará al intendente: “Mis mejores deseos para Raúl (Rufeil) y todo su equipo. Felicitaciones y sobre todo, gracias por haber transitado una campaña ejemplar para con el resto de los frentes que participaban en las PASO. Ése es el espíritu a contagiar, el de la unión, el esfuerzo conjunto y la honestidad”, expresó.
Por otra parte, está claro que los más de 27 puntos de diferencia de Cambia Mendoza sobre el Frente Elegí y La Unión Mendocina, fueron como consecuencia de la división del peronismo y la partida de su líder político, Jorge Giménez, a las filas de Omar De Marchi.
Si Giménez competía dentro del peronismo, la ventaja del oficialismo se habría reducido, pero de todos modos habría ganado por más de 10 puntos. Si bien en política no hay matemática simple, los 11.290 votos de Giménez habrían estado divididos entre ambos frentes.
La segunda fuerza más votada fue el peronismo, donde se dio un resultado sorpresivo e inesperado. El ganador fue Eber Caseres, quien participó con lista corta, es decir no apoyaba a ningún precandidato a gobernador. Por lo tanto, no contó con el respaldo del sello provincial.
Caseres, ex coordinador de Políticas de Empleo del municipio de Raúl Rufeil, venció a militantes históricos. Solo 2,4 de 10 votos del peronismo le alcanzaron para vencer la trayectoria de la legisladora Laura Soto; al titular del PAMI, Rubén Cuello, a Adrián Leppez o Coqui Morales, entre otros.
¿El que gana conduce y el que pierde acompaña? Es difícil imaginar si los votos de los restantes precandidatos (divididos en Parisi, Carmona o Guillén) se sumarán a Caseres o migrarán al partido de Omar De Marchi. Cualquiera de estos escenarios no les alcanzaría para vencer a Rufeil.
En conclusión, la reelección del actual intendente se concretará con sólo repetir el mismo resultado de las PASO o asegurarse al menos el 15 por ciento de los votantes de Ferro. Cabe mencionar que, en las generales, los candidatos siempre tienden a aumentar el porcentaje de votos. Por ambos motivos, es prácticamente imposible que Cáseres o Giménez puedan duplicar sus votos y ganar en setiembre.
Rivadavia
Es el único departamento donde no está asegurado el triunfo o la continuidad de Cambia Mendoza. Miguel Ronco, que este año culmina su segundo mandato y no puede optar por la reelección, logró imponer a su candidato Mauricio Di Césare entre las tres opciones que presentó la interna radical.
El diputado provincial venció por una diferencia de 2.761 votos al presidente del Concejo Deliberante, Hernán Amat, quien está enfrentado con el intendente por competir en las PASO. Esta decisión le costó que dos funcionarios cercanos a él fueran despedidos por "presiones políticas de sectores internos de la UCR", según informó el 2 de marzo en su cuenta de twitter.
Más allá del triunfo radical, Di Césare (5.833 votos) no fue el precandidato más votado en Rivadavia. Fue superado por Ricardo Mansur, del partido local Sembrar, con 7.943 votos y alcanzó el 24,6%, ubicándose a siete puntos de Cambia Mendoza.
Mansur, que suma voluntades del Partido Socialista, Libres del Sur y dirigentes que formaban parte del radicalismo y del justicialismo, confía en poder sumar los votos de Amat (más de 3.000) y aprovechar la confrontación que reina dentro del gobierno municipal.
Además, el ex intendente radical tratará de convencer parte del 8% de los votos en blanco y de los que puedan desprenderse del Partido Verde, que no logró alcanzar el 3% para competir en los comicios del 23 de setiembre.
Por su parte, el Frente Elegí, que competirá con Cristian Devito, quedó relegado al tercer lugar con el 17,4%. Mientras que cuarto finalizó La Unión Mendocina con el 7,8% y estará representado por Daniel Bernasconi. Tanto el peronismo como el candidato de De Marchi quedaron sin posibilidades concretas de ganar las elecciones.
Todo indica que las generales estarán polarizadas entre Cambia Mendoza, con Mauricio Di Césare, y Sembrar, con Ricardo Mansur. La presión cayó del lado del radicalismo que, a cuatro años del triunfo de Ronco, está lejos del 60% obtenido el 29 de setiembre de 2019.
Partido Verde y el Frente de Izquierda
Ambos espacios políticos fueron los grandes perdedores de la jornada en la zona Este. Ninguno capitalizó el voto bronca o el descontento de los jóvenes como sucedía hace unos años. No solo quedaron sin posibilidades de seguir compitiendo, sino que además fueron superados en todos los departamentos del Este por los votos en blanco.