La decadente Argentina electoral bajo el signo de una profunda crisis económica
La devaluación del peso y el aumento de la inflación hacen pensar en una difícil transición hasta el 10 de diciembre. Análisis de los candidatos más competitivos. Las posibilidades de un balotaje.
 
18 de octubre de 2023
Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich son los principales candidatos.
 

El próximo domingo 22 de octubre, Argentina tendrá una de las elecciones más inciertas de su historia reciente, con la economía convertida en un campo minado que deberá desactivar el próximo gobierno. El foco de los candidatos también estará puesto en si habrá o no una segunda vuelta electoral para definir al presidente.

En un escenario de tercios, Javier Milei (Libertad Avanza), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) y Sergio Massa (Unión por la Patria) llegan con posibilidades reales de llegar a la presidencia. Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda) completan el menú de cinco aspirantes.

De acuerdo al resultado de las PASO y a los últimos sondeos, el futuro presidente se definiría el 19 de noviembre en un balotaje. Para que las elecciones se definan en primera vuelta, el ganador deberá obtener el 45% de los votos o el 40% y que ninguno de sus rivales supere el 30 por ciento. De no ser así, competirá contra el segundo más votado en segunda vuelta.

El presidente peronista Alberto Fernández, con una imagen positiva por el suelo y con el poder totalmente cedido a Sergio Massa, dejará el gobierno con la inflación más alta en las últimas tres décadas (roza el 140% interanual) y con más de 18,5 millones de pobres. Desde que asumió, el dólar oficial acumula un alza del 580% y más del 1.300% en el mercado paralelo.

Desde diciembre de 2019 hasta fines de setiembre, los alimentos subieron más del 600% (incluidos los cortes vacunos más populares), según datos del Indec. Algunas subas, por cuestiones estacionales, rozaron el 2.400%. Está claro que los salarios no pudieron igualar los aumentos de precios de los alimentos desde que asumió Alberto Fernández.

La espiral inflacionaria es la punta del iceberg de los grandes desequilibrios macroeconómicos de un país con déficit fiscal, abultada emisión monetaria, una deuda externa que no puede pagar y con un récord negativo en las reservas del Banco Central.

Cómo llegan los principales candidatos

Javier Milei, diputado nacional desde 2021, fue el precandidato más votado en las primarias del 13 de agosto y se convirtió en el protagonista de esta campaña electoral. Su propuesta de dolarización y de podar con motosierra el gasto público, además del mensaje contra la casta política -a la que tilda de ladrona, parasitaria e inútil-, le han permitido atraer el voto de 7 millones de personas que están hartas de años de deterioro económico y social.

Desde entonces, el economista ultraliberal se ha mantenido arriba en intención de voto a pesar de las contradicciones en sus propuestas de gobierno. Además de su alianza política con una figura emblemática de la casta, el sindicalista José Luis Barrionuevo, o tras ser acusado de haber cedido espacios en sus listas del conurbano bonaerense a Massa.

En las PASO, La Libertad Avanza ganó en 16 de las 24 provincias del país y quedó demostrado que se sostiene solamente en la figura de Milei. El candidato antisistema creció a través de las redes sociales y por fuera de la red territorial de la que disponen los partidos tradicionales.

Fuertemente cuestionado por más de 170 economistas, Milei obtuvo un gran apoyo del voto joven (menores de 30 años) y de los sectores más vulnerables, tradicionalmente afines al peronismo. Sin embargo, las fuerzas encolumnadas detrás de la agrupación de ultraderecha han obtenido resultados desoladores en las elecciones provinciales y municipales.

Sergio Massa, el segundo precandidato más votado en las elecciones primarias, llega al 22 de octubre sin logros que demostrar y con hechos de corrupción que salpican a su entorno: el viaje glamoroso y las propiedades lujosas del exjefe de gabinete bonaerense, Martín Insaurralde; y la denuncia a su esposa Malena Galmarini por la compra de 620 vehículos para Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa).

El candidato oficialista teme además el impacto que tendrá en las urnas los últimos indicadores de la economía: la devaluación del peso, la disminución del poder adquisitivo y el aumento del dólar en los mercados paralelos.

Tras un dato de inflación récord en setiembre, del 12,7% mensual y el 138,3% interanual, se espera una cifra todavía peor para octubre y los meses siguientes. Mientras que la divisa estadounidense tocó un techo de 1.050 pesos para retroceder por debajo de los 1.000 en las últimas cotizaciones previas a las elecciones generales.

Cuando asumió en el Ministerio de Economía el 3 de agosto de 2022, el dólar oficial estaba en $139. Tras el resultado en las PASO, el ministro tomó la decisión de devaluar un 22% y fijó el tipo de cambio del dólar minorista en $365,50. En tanto, al asumir, el dólar blue se encontraba en $290 y ahora roza los $1.000. A partir de este fortísimo incremento, la canasta básica sufrió un alza del 155% y la canasta alimentaria se incrementó un 164%.

Otro problema bajo la alfombra fue la decisión de pisar precios para frenar la inflación. Una medida electoral que fue un fracaso. No solo la de congelar los precios de los combustibles hasta el 31 de octubre, sino también la de fijar el valor del dólar oficial que ha quedado atrasado con los otros tipos de cambio. Una vez que se actualicen ambos indicadores, se espera una devaluación en torno al 40% que se trasladará automáticamente a los alimentos.

Por último, Patricia Bullrich aparece atrapada en una pelea polarizada entre Massa y Milei. Juntos por el Cambio ha pagado caro las heridas provocadas por la feroz interna entre la exministra de Seguridad y el jefe de Gobierno de Buenos Aires. Incluso, a una semana de las elecciones, Bullrich anunció a Horacio Rodríguez Larreta como futuro jefe de Gabinete.

Bullrich buscó posicionarse como la representante de un cambio responsable y previsible, frente al salto a lo desconocido que encabeza el candidato ultraderecha. Los votantes más tradicionales están con ella, como gran parte del empresariado. En cambio, le dan la espalda aquellos que la ven como continuista de la gestión macrista que derivó en la vuelta del cuarto gobierno kirchnerista bajo el binomio Alberto Fernández-Cristina Kirchner.