Hace unas semanas, el municipio de San Martín tomó la decisión de cerrar las puertas de la terminal de ómnibus durante gran parte de la madrugada con el fin de evitar robos y vandalismo. Sin embargo, durante el fin de semana, se produjeron graves daños en sus instalaciones. El incremento de la inseguridad y la escalada del vandalismo preocupa a autoridades y también a la sociedad.
En las últimas horas del sábado, por razones que se desconocen, dos bandas se enfrentaron en la avenida Tucumán y calle Sarmiento. Posteriormente, la tensión fue en aumento cuando los inadaptados se trasladaron hasta el interior de la estación de micros, donde comenzaron a amenazarse con armas de fuego y armas blancas. Durante la pelea arrojaron piedrazos y escombros, destrozando vidrios y oficinas.
En el lugar se encontraban varios pasajeros que tuvieron que resguardarse del avance descontrolado de los violentos. La pelea entre bandas dejó un lamentable saldo de daños materiales y dos preventores con heridas leves. Hasta el momento, la policía detuvo a 4 personas, entre ellos menores de edad, que serán imputados por los destrozos. Al mismo tiempo se trabaja sobre la identificación de alrededor de 15 individuos.
El secretario de Gobierno, Mauricio Petri, lamentó el hecho y se preocupó por el estado del personal municipal. Mientras que el intendente Raúl Rufeil pidió que “caiga el peso de la ley para los vándalos” y que aguarda "eficiencia en el accionar policial y de la justicia".
Luego del reclamo del intendente, desde el Ministerio de Seguridad confirmaron que en conjunto con la Distrital de Policía decidieron dotar de dos uniformados por turno para que custodien la terminal. Serán de la división de Infantería y estarán portando armas con municiones de goma.
Hace dos semanas, en una medida que despertó diversos comentarios en la sociedad, la comuna decidió cerrar la terminal entre las 0 y las 5 de la madrugada. La medida respondía "a lineamientos de seguridad, que apuntaban a cuidar esta obra, que tanto costó y que disfruta toda la comunidad, del vandalismo y los robos". La remodelación mencionada fue la primera de magnitud en los últimos 40 años y apenas cinco meses después, sufrió el ataque de los inadaptados.