El uso de celulares en estudiantes es un tema de debate constante ¿En beneficioso? ¿Perjudica? ¿Hay que prohibirlo? ¿Es necesario regularlo? Son las preguntas que surgen en medio de un dato determinante: más de 95% lo utiliza con mayor o menor frecuencia y la edad de inicio es de entre los 10 y 13 años.
Ante esta realidad, la Dirección General de Escuelas (DGE) realizó una encuesta que alcanzó a 2.261 docentes, 10.405 estudiantes y 7.018 familias de toda la provincia, que deja algunas conclusiones claras. Una de ellas es que la mayoría de los docentes y familias mendocinas reconocen el valor educativo que puede proporcionar la tecnología en el aula y consideran que es conveniente ordenar su utilización.
Por eso, y a partir de las sugerencias surgidas en la muestra, Educación avanzó en la elaboración de una guía para profesores, como lo hizo para las familias, así como en una propuesta consensuada por cada comunidad educativa para ordenar el uso de los teléfonos celulares como herramientas pedagógicas.
El ministro Tadeo García Zalazar afirmó al respecto: “En sintonía con lo que los docentes manifestaron en la encuesta, nosotros creemos que utilizándolo adecuadamente es una herramienta que puede ayudar”. Además, destacó que la propuesta apunta a que “cada institución educativa establezca su propio manual de uso pedagógico y determine entre sus normas de convivencia la modalidad, el tiempo de uso y el resto de las sugerencias que se quieran aportar”.
Por último, recordó que, a partir de esa encuesta, “ya lanzamos una serie de recomendaciones a las familias respecto de cuáles son los peligros de la exposición prolongada en las distintas pantallas por edad y cuáles son algunas plataformas educativas que pueden ayudar, ya que tienen un impacto positivo en la educación”.
¿Qué dicen los docentes?
Aunque existe preocupación por el uso desmedido y las posibles distracciones que puede generar, desde el sector docente propusieron establecer normas para un uso que mejore la calidad del aprendizaje. El objetivo, en ese sentido, es dar un marco normativo y capacitar a quienes están frente al aula para maximizar su potencial y minimizar riesgos.
Si bien 56,4% de los docentes consultados considera necesario que los estudiantes tengan un celular en el aula, 79% lo entiende como una herramienta pedagógica. En este sentido, aquellos que utilizan el celular con sus alumnos manifiestan que en gran medida lo hacen para desarrollar actividades o trabajos a partir del uso de fotos o videos, búsqueda de información, leer documentos digitales en clase, buscar información en internet y trabajar en colaboración con los compañeros.
Los estudiantes y su relación con el celular
Son 10.405 los estudiantes alcanzados por esta encuesta, de 50 escuelas secundarias de Mendoza entre orientadas y técnicas de gestión estatal y privada.
Del total, 95,7% dice usar teléfono celular y 80% de los estudiantes señala llevar el teléfono al colegio. Las tres plataformas más usadas son WhatsApp (95%), Instagram (84%) y Tik Tok (80%). Los momentos del día en que el teléfono es más usado son la tarde y la noche.
El 66% dice que lo usa en el aula para hacer tareas, ver la hora, buscar información, leer o enviar mensajes.
Hablando de la relación que los chicos tienen con su celular, los datos indican que 83% lo lleva consigo a todos lados y 33% dice que lo tiene encendido las 24 horas. El 68% señaló que usa el teléfono al menos tres horas diarias entre semana, y que el tiempo frente a la pantalla es aún mayor los fines de semana.
Las mamás se ponen al frente
Se observa una participación mayoritaria de las madres en las actividades y requerimientos escolares, ya que cerca de 90% de las respuestas de esta muestra fueron proporcionadas por ellas. El 96,1% afirma que sus hijos/as usan celular y casi la totalidad (95%) tiene teléfono propio.
La mayoría de las familias, 67,5%, manifiesta que sus hijos comenzaron a utilizar el celular entre los 10 y los 13 años.
Al indagar sobre el uso del celular antes de dormir, 65,7% afirma permitirlo. Es relevante destacar que 46,4% considera que su hijo/a pierde horas de sueño por estar conectado. El 58% refiere que los momentos de convivencia a veces son interrumpidos por uso del celular.
Hábitos, riesgos y una oportunidad
En cuanto a los hábitos, el promedio de tiempo en pantallas es de entre 3 y 5 horas diarias durante la semana, mientras que los fines de semana la mayoría incrementa su uso.
Aunque algunos padres reconocen problemas relacionados con el uso excesivo, la mayoría no ve conflictos en casa o en la escuela, lo que deja ver la normalización de la presencia de dispositivos en el día a día.
Por otro lado, de las respuestas de familias y estudiantes, WhatsApp se posiciona como la red social más utilizada, seguida por Instagram y Tik Tok.
El análisis es que estas aplicaciones tienen un rol central y “pueden representar tanto una oportunidad como un desafío en el entorno educativo”.
El 45% de los estudiantes admite haber perdido horas de sueño por estar frente a la pantalla y 59% revisa su teléfono aunque no suene.
Apuestas en línea
Otro de los ítems fue el de las apuestas on-line y juegos de azar. En ese punto, 82% de las familias ve riesgos en estas actividades, pero 79% de los chicos afirma no haberlo hecho nunca y solo 2% dice hacerlo regularmente.
Continuando con ese tema, los estudiantes opinan que las estafas, perder plata y el hackeo son los principales riesgos, seguidos por la adicción al juego, el robo de datos y la exposición a virus informáticos.