Tras un juicio que se extendió durante seis meses, un jefe del Iscamen fue condenado por abuso sexual simple. Se trata de Walter Rivarola, de 48 años, quien fue sentenciado a un año de prisión en suspenso por haberle tocado las partes íntimas de la víctima cuando trabajaba en el laboratorio de la Bioplanta de Santa Rosa.
Según las audiencias y la denuncia efectuada por la víctima, el hecho ocurrió hace dos años. Según el relato de la mujer de 40 años, el hombre le dijo "sos linda" y que "podía crecer" en la institución. Luego la tocó en sus partes íntimas a pesar de que la mujer se resistió. El agresor dijo que se había tratado de un chiste.
Durante el juicio declararon varios testigos -en su mayoría empleados del lugar y peritos psicológicos- y las audiencias se realizaron desde marzo de este año. Además del relato de la operaria, otros empleados ratificaron que la mujer quebró en llanto ese día y les confesó el hecho. También las pericias psicológicas avalaron su relato como creíble.
Por su parte, la defensa de Rivarola había solicitado la absolución de su cliente argumentando que la denuncia fue motivada por "odio", ya que había sido sancionada en el sector donde se producen insectos estériles.