La neutralidad frente al balotaje es funcional a la continuidad del kirchnerismo
Bullrich y Macri sellaron un pacto con Javier Milei para el balotaje presidencial. La cercanía de Massa con referentes de la oposición. La postura de Juntos por el Cambio desnudó sus conflictos internos.
 
26 de octubre de 2023
Gentileza.
 

Daniel James Brown, el escritor best seller estadounidense, escribió en la novela Inferno que “los confines más oscuros del infierno están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales en tiempos de crisis moral”. El significado de esas palabras nunca había estado más claro: “En tiempos peligrosos, no hay mayor pecado que la pasividad”.

Con esta frase podríamos describir los conflictos internos de Juntos por el Cambio frente al balotaje. No es momento de tibios. Argentina enfrenta un dilema relevante. No tomar partido en este momento crucial, es apoyar implícitamente al ganador de las elecciones generales y al máximo responsable de la actual crisis económica. Es en las circunstancias adversas cuando se ven los verdaderos intereses, especialmente en política. No es casualidad que en tiempos de tormenta, la cobardía y el egoísmo quedan al descubierto.

Tras la decisión de la ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, de hacer público su apoyo a Javier Milei, hizo estallar la alianza de centroderecha. Inmediatamente fue duramente criticada por la mesa nacional de la UCR, que a través de un comunicado expresó su postura de “neutralidad” frente al balotaje. La misma sintonía adoptó el jefe de Gobierno porteño y ex precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta.  

El encargado de ratificar la decisión neutral del radicalismo fue el presidente del partido y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, junto a Martín Lousteau. Más allá de sus razones, ambos dirigentes usaron la conferencia de prensa para “pasar factura” y desnudar aquellas diferencias viscerales que existían –y existen- con el ex presidente y la titular del PRO. La neutralidad a medias tinta quedó implícita al mencionar que “la patria está en peligro con Patricia y con Milei” y que votar a La Libertad Avanza representa “un salto al vacío”.

Los dirigentes que se pronunciaron contra la decisión de Bullrich son, justamente, los más cercanos al ministro de Economía. Da la sensación que sobre la balanza radical pesaron mucho más los agravios de Milei que los 18,5 millones de pobres y los 140 puntos de inflación interanual (la más alta desde febrero de 1991). Dejaron en evidencia los intereses personales y ciertos enrolamientos partidarios.

¿Acaso el principal objetivo de la oposición no era derrotar al kirchnerismo? En ese propósito se basó la decisión de Bullrich. A pesar de haber sido tratada por Milei de “montonera” y de “poner bombas en los jardines”, entendió que el 60% del electorado no quiere un nuevo gobierno kirchnerista y que el país enfrenta un dilema relevante.

Otro punto que despierta suspicacias es la inmediata reacción para pedir la expulsión de Luis Petri del radicalismo por hacer público su apoyo a Milei. Sin embargo, la UCR no exige el mismo tratamiento para la vicepresidente del partido, María Luisa Storani, quien se manifestó a favor de acompañar al ministro de Economía. Del mismo modo que nunca expulsaron a Ricardo Alfonsín de la UCR, embajador en España y aliado al kirchnerismo, quien también llamó a apoyar a Massa.

Interna en Juntos por el Cambio

Las divergencias entre integrantes de Juntos por el Cambio fueron muy notorias durante este año, cuando la ciudadanía necesitaba señales de unión de parte de la principal coalición opositora. El armado de las listas para las primarias, la feroz interna entre los precandidatos a presidente y la decisión de no integrar a Juan Schiaretti, dejaron claramente heridas abiertas.

A ello se le sumó un nuevo capítulo a un mes de las elecciones, cuando Morales acusó a Macri de “faltarle el respeto a su partido” y de hacerle “mucho daño a Juntos por el Cambio” por jugar a dos puntas entre Bullrich y el candidato de ultraderecha.

Cercanía a Massa

Más allá de que lo niegue, Morales ha tenido manifestaciones de estrecha cercanía con Massa. El vínculo entre ambos se remonta bastante atrás en el tiempo. En 2015, el hombre de Tigre colocó como aspirante a vicegobernador de Jujuy a un hombre de su partido (Frente Renovador), Carlos Haquim, quien resultó electo.

Otro de los guiños de Morales ocurrió en medio de la campaña y tras perder las PASO con Bullrich. El 24 de setiembre, el titular de la UCR fue invitado por el ministro de Economía a un encuentro de gobernadores peronistas del llamado “Norte Grande”, donde Massa anunció su intención de conformar, en un eventual triunfo en las elecciones, un gobierno de unidad nacional con la posibilidad de incluir a referentes de partidos de la oposición.   

En el caso de Lousteau, más allá de haber sido ministro de Economía del primer gobierno de Cristina Kirchner, coqueteó con el massismo en la conformación de una sola lista para competirle la jefatura de la Ciudad de Buenos Aires a Jorge Macri. Al final, ambos inscribieron dos frentes en la pelea porteña.  

Sus críticas a Macri no son casualidad. Cuando era embajador en Estados Unidos, Lousteau criticó en varias oportunidades al entonces presidente de la Nación. No solo se mostró contemplativo con el sindicalista Baradel por el cuestionamiento de Macri durante los paros docentes, sino que además comparó los bolsos del kirchnerista José López con la causa del Correo Argentino.

La misma analogía cabe para Horacio Rodríguez Larreta, quien está cada vez más distanciado de Macri y conserva una extensa amistad de casi 30 años con Massa. Tras ser derrotado en la interna de Juntos por el Cambio, el jefe de Gobierno reveló que el candidato presidencial de Unión por la Patria le envió un mensaje “de buena onda, pero que parecía un pésame”. Mientras que Massa declaró que “Larreta había sido víctima de un proceso de destrucción de Macri”.

La amistad de las dos familias moldeó, incluso, sus actividades laborales. Hace quince años, Bárbara Diez, reconocida wedding planner, reveló que su primer trabajo en la organización de eventos fue, nada más y nada menos, que en el casamiento de Massa y Galmarini.

También es un secreto a voces que ambas parejas compartieron vacaciones. A fines de los '90, por ejemplo, fueron los cuatro al Disney World de Orlando. A pesar de que la relación siempre fue conocida, los protagonistas se jactan de que no hay fotos juntos, más que en algún acto formal. Si se reúnen, lo hacen afuera del radar.

La búsqueda de emparentar a Larreta con el ministro de Economía es una de las actividades preferidas de los halcones del PRO en redes sociales. Es que la misma Patricia Bullrich les dio fundamentos: “Horacio y Gerardo son Massa. Plantean siempre lo mismo. Discuten sobre un modelo que es el mismo que lleva a cabo ahora Massa”, dijo la entonces precandidata presidencial.

Massa en Cambiemos

La cercanía de algunos referentes del radicalismo con Massa se remonta al 2015. Ese año nació Cambiemos con la finalidad de derrotar al kirchnerismo, que terminó consagrando el triunfo de Mauricio Macri sobre Cristina Kirchner. Uno de los partidos integrantes de la coalición fue el Frente Renovador (FR) de Sergio Massa, quien participó del cierre de campaña de Alfredo Cornejo el 16 de abril de 2015, en el salón Da Vinci de Junín, en Mendoza. Ese día estuvieron el vicegobernador Mario Abed, quien apoyó a Larreta en las PASO, y Julio Cobos.

Justamente, Cobos también asoma en este tablero. Hace un par de años atrás, cuando el líder del FR estaba distanciado del kirchnerismo y prometía “barrer a los ñoquis de La Cámpora”, lo ponía al ingeniero mendocino como su referente en Mendoza. Massa y Cobos tienen todavía una buena relación. 

Ambos, incluso, han compartido en varias oportunidades la Vendimia Solidaria que organiza cada año Daniel Vila, empresario íntimo de Massa. Del último encuentro, celebrado en marzo de este año, también estuvieron invitados Gerardo Morales y Martín Lousteau, quienes ayer fueron protagonistas de la embestida contra un sector del PRO.

Sin embargo, los gestos de sectores del radicalismo al kirchnerismo datan de hace más de 15 años. A mediados de 2007, se diseñó la concertación plural de peronistas con radicales K, que terminó consagrando a Cobos como candidato a vicepresidente del primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Luego, el voto "no positivo" a la 125 (retenciones móviles) propuesta por Lousteau, hizo estallar la amalgama entre ambos partidos.

Justamente, el ex gobernador de la provincia, Julio Cobos, hizo referencia a que debe ser respetada la neutralidad que acordó el principal espacio opositor y pidió que todos los que tienen responsabilidad partidaria o institucional se abstengan de manifestarse públicamente sobre a quién van a votar o respaldar.

Algunos consideran que el apoyo implícito a Massa frente al balotaje no implica la incorporación de radicales a un probable esquema nacional (quienes lo negaron rotundamente), sino plantear que la agenda del próximo gobierno debe contemplar la redistribución equitativa de fondos y no sufrir las consecuencias que tuvieron los gobernadores –y también el jefe de gobierno porteño- durante la presidencia de Alberto Fernández.